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Blog de finanzas

Isabelle Juillard Thompsen

Isabelle Juillard Thompson joined DNB Asset Management in 2021 as part of the team Responsible Investments and Portfolio Manager for DNB Fund Future Waves.

Isabelle started her career as a Head of Research at the Hedge Fund Genesee Investment in USA in 1996. In 2000 she joined DNB Markets as a Research Analyst (2000-2004) and was Senior Financial Analyst at Klaveness in the period 2004-2006. In the period 2006-2013 she was Senior Investment Manager for Alternative Investments and at the same time Co-Head of Hedge Fund Investments at Storebrand.

Isabelle then moved into Sustainable Investments as Senior Analyst at NBIM in the period 2013-2017. From 2017-2021 she was Portfolio Manager covering Sustainable Investments Equities at Gjensidigestiftelsen.

Isabelle holds an MBA from the Pacific Lutheran University, USA and an MSc in Management Finance from the Business School of Bordeaux, Kedge Business School, France. Isabelle also holds the title Chartered Financial Analyst (CFA). In 2016 she earned a certificate from attending a study of Sustainable Investments in natural resources from the University of Columbia, USA.

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El 80% de la contaminación llega a los océanos a través de los ríos y vías fluviales. Empresas de diversos sectores han visto esto como una oportunidad y han desarrollado tecnologías para reducir la contaminación.

Entre 60 y 70 millones de personas trabajan en la industria textil, valorada en aproximadamente 2,4 billones de dólares. Según WWF, el algodón es el producto no alimentario más utilizado del mundo, da de comer a más de 250 millones de personas y emplea al 7% de todos los trabajadores de los países en desarrollo.

Según el WRI (World Resources Institute), se calcula que se utilizan 5 billones de litros de agua en el proceso de teñido, y se estima que entre 48.000 y 144.000 millones de metros cuadrados de tejido procedente de los residuos de las fábricas acaban en los vertederos cada año. Se necesitan hasta 10.000 litros de agua para hacer un solo par de vaqueros, y unos 2.500 litros para hacer una camisa de algodón. En conjunto, la industria es responsable del 20% de la contaminación del agua en el mundo, lo que supone agua suficiente para saciar la sed de 110 millones de personas durante todo un año.

Mientras tanto, los residuos y la economía circular se han convertido en un problema importante, ya que la cantidad total de residuos textiles se ha multiplicado por 8 desde 1960 y el 85% se incinera o se deposita en vertederos. En cuanto a las emisiones de carbono, la industria es responsable de entre el 7 y el 10% de las emisiones mundiales anuales, lo que supone más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos. Para 2030, estas emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán en más de un 50%.

El objetivo de 1,5 grados del Acuerdo de París requiere que los impactos climáticos se acerquen a cero para 2050, lo que deja poco o ningún margen para las emisiones netas de GEI (Gases de Efecto Invernadero) de la producción textil, el transporte, el lavado o la gestión de residuos. En comparación con sectores como el de los plásticos, el vidrio y los metales, la industria textil ha tardado mucho en pasar a la economía circular. Menos del 1% de todos los textiles en el mundo se reciclan en nuevos textiles. Esto significa que la industria debe centrarse más en la sostenibilidad.

Áreas clave para reducir la contaminación

Existen varios ejemplos para reducir la contaminación y desarrollar una industria textil más ecológica, que pueden dividirse en cuatro áreas clave:

1) Nuevos modelos de negocio para alargar la vida de las prendas.

2) Nuevas tecnologías de producción, como la impresión en 3D.

3) Nuevas tecnologías de reciclaje de materiales.

4) Desarrollo de tecnología para la trazabilidad.

En cuanto a los nuevos modelos de negocio para alargar la vida de las prendas, vemos conceptos como el alquiler/leasing, la reventa y el rediseño. El interés por las compras de segunda mano ha aumentado, especialmente entre el segmento de 20 a 30 años. Dado que la producción de prendas de vestir es, con mucho, la que mayor impacto tiene en el clima si se tiene en cuenta todo el ciclo de vida de una prenda, estos modelos beneficiarán a una economía circular y, por tanto, reducirán la contaminación. Se espera que las compras de segunda mano crezcan 1,5 veces el tamaño de la moda rápida para 2028. Un ejemplo de empresa es Thredup, un mercado que hace que la compra y venta de ropa de segunda mano sea más inteligente y sencilla.

Las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria de la moda aumentarán en más de un 50% para 2030. Una forma de reducir la contaminación es mediante nuevas tecnologías de reciclaje de materiales. Lo ideal es que todos los materiales del mercado procedan de fuentes recicladas o renovables, y que se desarrollen y utilicen nuevas tecnologías de tintado de textiles que reduzcan el uso de agua y productos químicos.

Para 2025, la Directiva de Residuos del Paquete de Economía Circular de la UE se habrá aplicado plenamente. La directiva estipula que todos los Estados miembros de la UE deben haber introducido la recogida, la clasificación y el reciclaje de textiles para esa fecha. Para alcanzar este objetivo se necesitarán etiquetas de lectura electrónica para una clasificación y trazabilidad automatizadas de alta velocidad, pero también nuevas tecnologías de producción como la tecnología de reciclaje textil de Renewcell. La empresa sueca aplica una tecnología de reciclaje textil en la que disuelve las materias primas en forma de residuos textiles en pulpa y las convierte en un nuevo material biodegradable: la circulosa. La circulosa es una gran sábana blanca, por así decirlo, a partir de la cual los fabricantes pueden hilar nuevos tejidos que pueden sustituir al algodón recién recogido. La tecnología de Renewcell puede reciclar el material 7 veces antes de que se reduzca su calidad.

Textiles hechos con madera y residuos: H&M y Adidas también se suman

La empresa finlandesa Spinnova, por ejemplo, ha desarrollado una tecnología innovadora para producir fibras textiles a partir de madera o residuos sin disolverlos ni utilizar productos químicos nocivos. Su tecnología es capaz de procesar diversas materias primas, como madera, cuero, residuos agrícolas y desechos textiles, para crear fibras y nuevas prendas. Las emisiones de CO2 de Spinnova son entre un 40 y un 65% inferiores a las de otras alternativas.

En el primer semestre de 2021, tanto el Grupo H&M como Adidas se unieron al grupo de marcas asociadas comprometidas con Spinnova. El Grupo H&M ve un gran potencial en Spinnova para abordar varios de sus propios retos de sostenibilidad. Asimismo, The North Face se ha asociado con Spinnnova y podría ser un importante contribuyente a la entrada de Spinnova en el mercado.

Desde el principio, Spinnova ha colaborado con varias empresas tanto del sector minorista como de la fabricación. Por ejemplo, con la empresa noruega Bergans y la británica Hally Stevensons, que tienen más de 150 años de experiencia en algodón encerado y tejidos resistentes a la intemperie. Con la introducción de textiles y procesos circulares más sostenibles, Spinnova está estableciendo nuevos estándares para la industria, sin residuos, flujos secundarios ni microplásticos, y con mínimas emisiones de CO2 y consumo de agua.

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