En los últimos 20 años, los mercados nórdicos se han comportado extremadamente bien. Tanto las clases de activos corporativos y de renta fija como las estrategias específicas de renta variable se han beneficiado considerablemente de ello.
A pesar de las difíciles condiciones, identificamos oportunidades atractivas con niveles de riesgo adecuados. Hay varias razones para ello. Una de ellas es, sin duda, que las economías son sólidas y operan en un entorno robusto. Las economías son muy abiertas, y las exportaciones representan entre el 40% y el 60% del PIB. La región nórdica alberga a muchos líderes del mercado mundial en numerosas industrias. El alto nivel de educación, con muchos países que se sitúan en los primeros puestos de los indicadores nacionales de rendimiento -incluyendo la educación, la calidad de vida, la igualdad de ingresos o el desarrollo social- también contribuye a la sólida situación económica.
Aunque las previsiones para las economías de Suecia y Noruega han tenido que revisarse un poco a la baja, siguen siendo muy positivas, con un 3% y un 3,5% respectivamente. El aumento de los tipos de interés hace que los bonos nórdicos y suecos sean actualmente una opción atractiva para los inversores. Esto también se aplica a los bonos investment grade. Incluso en sectores de riesgo relativamente bajo, se observa una ampliación de los diferenciales. Se trata, por ejemplo, de empresas de sectores de bajo riesgo, como los servicios públicos que producen electricidad a partir de la energía hidroeléctrica y los productores de bienes de consumo básicos.
En el sector del high yield, los bonos nórdicos han superado claramente los high yield de la UE y de EE.UU. desde principios de año. Teniendo en cuenta el impacto de la guerra de Ucrania, todavía se puede ver valor aquí, especialmente en los sectores de la energía y el transporte marítimo. El diferencial de rendimiento, combinado con la amplia diversificación sectorial y la estabilidad en la gestión, supera el 9%.
Otro sector que se beneficia de las condiciones generales de los países nórdicos es el de las llamadas small caps nórdicas. Este nicho ha tenido un excelente comportamiento en los últimos 20, 10 y también 3 años. El DNB Fund Nordic Small Caps, por ejemplo, ha generado una rentabilidad (en coronas noruegas) de alrededor del 50% desde su lanzamiento en diciembre de 2019, superando significativamente a su índice de referencia. Los industriales, que es un sector amplio y grande, constituyen el 25% del fondo. Dentro de este sector industrial, hay un grupo de empresas muy diversificado. Además, el fondo tiene posiciones más grandes en el sector de las comunicaciones, que son esencialmente empresas de videojuegos, así como acciones en los sectores de tecnología y salud.
Conclusión: Siempre merece la pena mirar hacia el lejano norte. Sobre todo para los inversores de renta fija y los que buscan joyas por descubrir.
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