¿Qué dirían los consumidores si pudieran ir desde el aeropuerto de Zúrich hasta el centro de la ciudad en cinco minutos en hora punta sin generar emisiones, o desde el aeropuerto JFK en Nueva York hasta Manhattan en 22 minutos? ¿Y por el mismo precio de un taxi? Probablemente dirían lo que a menudo escuchamos: «Seguid soñando».
Nuestro trabajo no es soñar, sino analizar e invertir. Para nosotros, la disrupción de los productos innovadores se basa en sustituir los ya existentes por otros más baratos y eficientes. Si el coste y el tiempo estimados para ir desde el aeropuerto JFK a Manhattan son correctos, a eso lo llamamos una oportunidad disruptiva. La gran pregunta es la siguiente: ¿Puede hacerse realidad?
American Archer Aviation fabrica helicópteros eléctricos llamados eVTOL que pueden despegar y aterrizar verticalmente. En su «Analyst Day» de 2021, la empresa afirmó que podría viajar desde el aeropuerto JFK hasta Manhattan en algún momento entre 2024 y 2026. Un Uber X costaría 76 dólares y tardaría hasta 70 minutos, mientras que un Archer costaría 50 dólares y tardaría 22. Actualmente, un viaje en helicóptero cuesta alrededor de 1775 dólares y también tarda 22 minutos. Encontramos cifras similares en la mayoría de las compañías (Joby Aviation, Lilium, Vertical).
En el «Analyst Day» de Joby Aviation, la empresa señaló que en 2026 el vuelo medio sería de 38 km a una velocidad de 265 km/h por un precio de 72 dólares. Lo que abarata el precio es la velocidad rotacional de los helicópteros. En su modelo de negocio, Joby presupone que cada aeronave puede hacer una media de 40 vuelos diarios con 2,3 pasajeros a bordo (coeficiente de ocupación) a un coste de 3 dólares por milla (1,6 km). Eso significa que cada aparato genera unos ingresos de aproximadamente 2,2 millones de dólares anuales y un beneficio bruto de 1 millón. En otras palabras, el periodo de amortización de la aeronave es solo de 1,3 años, lo que supone rentabilizar rápidamente la inversión.
¿Es realista?
La situación inicial es simple. El transporte aéreo no necesita carreteras, raramente hay atascos e incluso los aviones más pequeños pueden volar 200 km y, además, es más barato y eficiente. ¿Se trata de una disrupción en el transporte aéreo?
Actualmente, un gran número de compañías grandes y pequeñas en EE. UU. (Joby, Archer, Vertical, Boing/Wisk), China (EHang), Europa (Lilium, Volocopter, Airbus), Japón (Honda) y Corea del Sur (Hyundai) están trabajando con la tecnología eVTOL. La mayoría de los diseños y prototipos de eVTOL tienen capacidad para un piloto y de 4 a 6 pasajeros.
Esta tecnología ofrece tres ventajas. La primera es que los helicópteros son muy silenciosos. Las pruebas de sonido realizadas por Joby han demostrado que el ruido que produce el helicóptero cuando despega es de 65 decibelios. Una hélice en el viento tiene un nivel de presión acústica de 20 decibelios y la de los helicópteros «normales» es de 93 decibelios. Eso significa que los aeropuertos urbanos pueden construirse en el centro de una ciudad, lo que es más práctico, tanto para los pasajeros como para los residentes. La segunda ventaja es que el vuelo no generará emisiones. La última es la conexión entre el motor eléctrico, el conjunto del rotor y el ala y la seguridad. Estos helicópteros eléctricos varían en diseño según el número de rotores y las características de las alas. Puede ser multicóptero (Volocopter y EHang), con ala fija (Archer, Beta, Wisk), de hélice abierta (Joby, Vertical) y con propulsor carenado (Lilium). Un denominador común es que en caso de que se produzca un fallo del rotor, el sistema eléctrico cerrado evita que el aparato se estrelle.
En vista de las ventajas derivadas de los costes más bajos, la reducción de emisiones y el aumento de la comodidad, creemos que existe un modelo de negocio realista para el eVTOL.
¿Hasta dónde hemos llegado?
Las aeronaves de prueba sobrevuelan EE. UU., Europa y Asia, pero antes de que se liberen los prototipos sobre nuestras ciudades y aeropuertos, deben recibir la aprobación de diversas autoridades. Los requisitos normativos son numerosos y estrictos. Las aprobaciones y permisos para el diseño, la producción y el funcionamiento son procesos por los que todas las empresas deben pasar. Joby Aviation ha gastado hasta la fecha 1.000 millones de dólares en su proceso de aprobación por parte de la Administración Federal de Aviación estadounidense. La mayoría de las compañías esperan recibir todas las aprobaciones entre 2024 y 2025. Sin embargo, en China, EHang está en proceso de obtener la aprobación para vuelos comerciales, que podría llegar este verano. Si las aprobaciones y la financiación están aseguradas, podría empezarse la producción en masa de la aeronave en dos o tres años.
¿Cómo será en la práctica?
Igual que actualmente pedimos un Uber a través del teléfono móvil, también se pedirá un viaje de eVOTL. El punto de encuentro es un «vertipuerto», un aeropuerto urbano donde varios drones depositan y recogen personas y mercancías. El primer aeropuerto urbano del mundo se inauguró en Coventry a mediados de mayo de 2022 tras tres meses de obras y está integrado en un aparcamiento en el centro de la ciudad. Dentro del aeropuerto urbano encontramos el control de billetes, el control de equipajes, el control de seguridad y una sala de espera. A continuación, hasta tres pasajeros embarcan y el piloto vuela dentro de una zona de seguridad definida (corredor de drones) sobre la ciudad hasta el lugar de destino. Desde la ventana se pueden ver los atascos de coches para entrar y salir de la ciudad.
La mayoría de las rutas planeadas son entre ciudades (interurbanas) y desde aeropuertos hasta puntos de transporte público de la ciudad. Los aeropuertos urbanos pueden construirse en el suelo o en azoteas (hoteles, aparcamientos). La empresa europea Lilium se diferencia de otras pequeñas compañías por sus decisiones en materia de diseño y tecnología. Concretamente, sus aeronaves son ligeramente más grandes (seis pasajeros) y pueden volar más lejos. En sus presentaciones a los inversores, muestran varias redes interurbanas. El objetivo es tener una red europea que conecte diez ciudades alemanas con Luxemburgo, Salzburgo, Basilea y Zúrich. Se espera que esta red funcione con 190 aparatos y genere 900 millones de dólares de ingresos anuales.
Por ello, la próxima vez que elevemos la vista al cielo, podríamos estar contemplando la autopista sin emisiones del futuro.
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